Sin salir de la Plaza Mayor podemos admirar la estatua en memoria del poeta y escritor León Felipe nacido en la localidad en 1884. Su espíritu independiente y bohemio le llevó a recorrer el mundo hasta su muerte en Méjico a los 84 años
León Felipe se licenció en farmacia para agradar a su padre, pero su espíritu, inquieto, le llevó a una vida llena de peripecias, empezando por la regencia de varias farmacias y recorriendo a la vez el país como cómico de una compañía de teatro. Fue actor, boticario, profesor en Norteamérica, conferenciante en América Latina. Pero su verdadera vocación sería la de escritor
Sus escritos destacan por ser un canto a la libertad y por ir a contracorriente de la línea literaria de la época ya que era crítico, inconformista, combativo y rebelde y de sus escritos se desprende su lucha contra las injusticias sociales. El verso de su etapa madura destaca por la sobriedad del léxico, y por un ritmo amplio y reiterativo que le comunica una sonoridad semejante a la de los versículos bíblicos
La experiencia de la guerra civil y el exilio posterior configuraron una voz poética combativa y rebelde. En su libro postrero, ¡Oh, este viejo y roto violín! (1965), el poeta, agotado de la vida y decepcionado, reflexiona sobre el tiempo, el sueño y la muerte, temas centrales de su última etapa
León Felipe fue uno de los poetas conocidos como la “Generación del 27″